La tendencia ascendente de las compras online era una realidad, y esta se ha visto impulsada definitivamente por la pandemia de la Covid-19.
En estos momentos, tanto autónomos como grandes multinacionales venden a través de internet. Un mercado global al que la población tiene acceso de manera generalizada. De este modo, la gran cantidad de oferta existente genera un riesgo, ya que se pueden producir acciones fraudulentas de cara al consumidor, que deberá estar atento cuando busque o compre artículos/ servicios por la red.
1. CONEXIÓN PRIVADA O FIABLE A INTERNET.
Una adecuada conexión a internet es el primer paso para una compra digital segura. Por ello, cobra gran importancia tener claro cuál será la conexión desde la que transmitiremos nuestros datos.
Las redes wifi privadas suelen ser las conexiones más protegidas (si cuentan con una contraseña lo suficientemente compleja). Y, por la contra, muchas de las redes wifi a las que uno se puede conectar de forma pública, están a expensas de hackers para interceptar la información que transcurra por ese canal.
2. EQUIPO ACTUALIZADO Y PROTEGIDO.
El tipo de conexión a internet es fundamental, pero también lo es el equipo desde el que nos conectamos, tanto si es un ordenador como un smartphone. Mantener el sistema actualizado nos permitirá contar con los últimos parches de seguridad para prevenir amenazas, y tener instalado un buen antivirus blindará la información ante cualquier acceso sospechoso.
3. PÁGINAS WEBS SEGURAS.
Con carácter previo a realizar cualquier compra a través de internet, debemos verificar que nos encontramos en la web oficial de la tienda o marca en la que queremos adquirir productos o servicios.
La aparición del protocolo «https» en el dominio será una garantía de la página, ya que supondrá la transferencia segura de datos de hipertexto.
4. LECTURA DE POLÍTICA LEGAL/ DE PRIVACIDAD Y BÚSQUEDA DE RESEÑAS.
Una vez accedemos a una página de venta online, y verificamos que se trata de una página real, en caso de no conocer la empresa deberemos buscar información sobre la misma, ya que pueden existir reseñas de consumidores que nos indiquen un posible servicio fraudulento o de mala calidad.
Por otro lado, hay que dedicar unos minutos a leer las políticas de uso y de privacidad, para tener claro quién es el responsable del tratamiento de los datos, así como para ver la finalidad y las posibles cesiones de los mismos, además de los derechos que le corresponder al titular.
5. PAGO MEDIANTE PLATAFORMAS RECONOCIDAS.
Hay que evitar llevar a cabo transacciones fuera de las propias plataformas de compraventa, pues las aplicaciones integradas nos ofrecen secuencia y trazabilidad sobre las acciones.
6. CONFIRMACIÓN DE PEDIDO Y DETECCIÓN DE EMAILS FRAUDULENTOS.
Tras la aceptación del pedido, deberá llegarnos un email de confirmación, con la información de seguimiento oportuna (estado y plazos), y los datos de contacto necesarios. Hay que tener mucho cuidado con las técnicas de phishing, en la que nos envían correo electrónicos con supuestos links de notificaciones o encargos, y en los que se esconden virus informáticos (identificar bien la dirección desde la que nos envían esa información).
El INCIBE cuenta con un canal de ayuda al ciudadano (teléfono 017, gratuito y operativo los 365 días del año). A través de este servicio, cualquier persona puede resolver dudas o denunciar una suplantación de identidad o la detección de una web falsa.
7. REVISIÓN DE CARGOS BANCARIOS Y SEGUIMIENTO.
Las cuentas bancarias deben revisarse periódicamente para comprobar que no existen cargos indebidos. Además, es recomendable hacer un seguimiento del pedido hasta la llegada en destino, por posibles pérdidas o extravíos.
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Legislación vigente:
– RGPD [Reglamento (UE) 2016/679 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 27 de abril de 2016, relativo a la protección de las personas físicas en lo que respecta al tratamiento de datos personales y a la libre circulación de estos datos y por el que se deroga la Directiva 95/46/CE (Reglamento general de protección de datos)].
– LOPDGDD (Ley Orgánica 3/2018, de 5 de diciembre, de Protección de Datos Personales y Garantía de los Derechos Digitales).
– LSSI (Ley 34/2002, de 11 de julio, de Servicios de la Sociedad de la Información y de Comercio Electrónico).