Es real. La Inteligencia Artificial está rompiendo límites. Y esto es un escenario perfecto para el cibercrimen.
Ya no son películas, ni fantasías imposibles de un informático. Está aquí. Y va a formar parte de nuestra vida y de nuestro futuro.
La Inteligencia Artificial ha llegado para facilitar miles de acciones mediante predicción y diagnóstico, pero también puede suponer un peligro si no se programa adecuadamente. Y así ha sido en el caso que exponemos a continuación, en donde un grupo de estafadores han conseguido replicar con exactitud (timbre de voz, velocidad, acento…) la voz del CEO (Director ejecutivo) de una compañía.
Los hechos transcurrieron en torno a una compañía de energía.
Los autores de este cibercrimen llevaron a cabo un proceso informático, logrando generar por ordenador una voz idéntica a la del Director ejecutivo de la compañía. Así, y mediante una llamada telefónica suplantando la identidad del CEO, estos ciberdelincuentes solicitaron a los responsables de la organización una transferencia de 243.00 dólares (unos 222.000 euros) a un proveedor de Hungría. Transferencia que, al reconocer la voz del ordenante como la del Director ejecutivo, se llevó a cabo. Una cantidad que empezó a moverse de Hungría a México, y hacia otros países, hasta desaparecer.
Estos hechos han motivado que muchas empresas hayan empezado a trabajar en medidas de seguridad consistentes en la verificación por contraseñas habladas, con el fin de identificar al emisor de una llamada o mensaje de voz.
Queda mucho por hacer, pero la ciberseguridad empieza a dislumbrarse en la política organizativa del sector público y empresarial.