Las aplicaciones («apps») digitales son herramientas básicas de docencia, productividad y entretenimiento. Sus numerosos usos han convertido a muchas de ellas en imprescindibles en el día a día de personas y empresas, pero no sólo.
Los niños han encontrado una forma de divertirse en los numerosos juegos que ofrecen las plataformas virtuales. A través de ellos, pueden aprender; vivir toda clase de aventuras, y comunicarse con sus amigos. Pero estar conectado al resto del mundo no sólo conlleva ventajas, sino que todo este flujo de información entraña riesgos de todo tipo.
VENTA DE DATOS DE MENORES CON FINES PUBLICITARIOS
En un reciente estudio publicado por la revista Jama Pediatrics, se ha concluido que el 67% de las aplicaciones utilizadas por niños en edad preescolar (entre tres y cinco años), venden los datos de los menores a terceros (con fines publicitarios).
Esto es posible por el uso de tecnologías de aprendizaje automático (machine learning), así como de inteligencia artificial que recaban patrones de uso; influyendo, de este modo, en el contenido que ven los niños, así como en sus comportamientos (principalmente de consumo). Una manipulación silenciosa.
LEGISLACIÓN EUROPEA DE PRIVACIDAD
La Unión Europea cuenta con una de las legislaciones de privacidad más garantistas del mundo, como es el Reglamento (UE) 2016/679 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 27 de abril de 2016 (“RGPD”). En esta norma, la protección de datos es considerada como un derecho fundamental, con multas de hasta 20 millones de euros.
Con todo, aunque las empresas deben contar con una política privacidad clara y accesible, no suele ser sencillo consultarla (bien porque no aparece, bien porque está oculta). Esta política, además de ser una obligación legal, es esencial de cara a los titulares de los datos para saber la identidad del responsable; las cesiones de datos a realizar; los derechos ejercitables… De hecho, la ley europea establece los 14 años como la edad para el consentimiento válido de los menores (se entiende que existe un criterio suficiente para valorar y entender lo que está escrito).
LA EDUCACIÓN, LA MEJOR PROTECCIÓN DE LOS MENORES
Jenny Radesky, autora principal del estudio y pediatra en el Hospital Mott Children de Michigan (EEUU), cree imprescindible que las empresas tengan una conducta diligente a la hora de diseñar y revisar el código de las aplicaciones (por ejemplo, las que tienen SDK pueden hacer que la aplicación recopile y comparta identificadores). También se insiste en que las tiendas de aplicaciones sean transparentes.
Mar España, directora de la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD), considera básico incluir en los planes de enseñanza, conocimientos y estrategias para la protección de la privacidad (se enfocaría a un total de ocho millones de niños escolarizados actualmente). Esto les permitiría a los menores disponer de mayor percepción y maniobrabilidad ante determinadas conductas de riesgo (pérdida de datos personales). Con todo, se recalca el apoyo de los padres para reforzar esta protección.
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EL 67% DE LAS APPS PARA NIÑOS DE ENTRE TRES Y CUATRO AÑOS VENDEN SUS DATOS TERCEROS
Legislación vigente:
– RGPD [Reglamento (UE) 2016/679 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 27 de abril de 2016, relativo a la protección de las personas físicas en lo que respecta al tratamiento de datos personales y a la libre circulación de estos datos y por el que se deroga la Directiva 95/46/CE (Reglamento general de protección de datos)].
– LOPDGDD (Ley Orgánica 3/2018, de 5 de diciembre, de Protección de Datos Personales y Garantía de los Derechos Digitales). > Legislación nacional española.
