La información lo es todo en una empresa. El conocimiento que se desprende de los datos de empleados, proveedores, clientes y de la documentación interna de una organización resulta esencial para el crecimiento y supervivencia de la misma. Es por ello, que el caso que exponemos a continuación resulta de especial gravedad, pues las consecuencias de este hecho mermará significativamente la operativa de la entidad afectada. Una situación, pues, que nos pone en alerta respecto de la importancia de la seguridad de la información.
Una trabajadora de Vigo se enfrenta a una pena de 20 meses de prisión, así como a pagar una indemnización de 24.410 euros por borrar masivamente datos de la empresa en la que estaba trabajando. Esta empleada, con 9 años de antigüedad en la organización, se vio afectada por un expediente temporal de regulación de empleo. En venganza por esta decisión, ese mismo día la trabajadora entró con su usuario y contraseña a su equipo informático y borró de forma malintecionada, durante cinco horas, multitud de archivos entre los que se incluían registros de clientes, tanto de la papelera de reciclaje como de los discos duros (los cuales no tenían copia).
Fruto de esta circunstancia, la empresa se vio obligada a contratar los servicios de una consultora especializada en recuperación de datos, lo que le supuso un costo de 6.655 euros, además de tener que adquirir un nuevo equipo. Con ello, la empresa afectada no pudo atender a sus clientes durante el período en el que los expertos trataban de reestablecer la información perdida, produciéndose un lucro cesante de unos 17.755 euros; y no lográndose recuperar, finalmente, los datos de un 8% de los clientes de la cartera que gestionaba la acusada.
Todo ello, refuerza la necesidad de contar con códigos de conducta, así como con una política de seguridad adecuada a los retos informáticos y empresariales que se nos presentan diariamente.