La influencia de las redes sociales en la sociedad ha ido ganando peso en los últimos años. El compartir gustos, experiencias, productos o reflexiones se ha convertido en un modo de relacionarnos.
Con un tráfico de información digital cada vez mayor, la cantidad de negocios que se han ido articulando alrededor de este fenómeno no para de crecer. Personajes influyentes que ganan dinero con el contenido que generan, venta online, empresas que se dedican a la gestión, análisis o asesoramiento informático y jurídico… Una realidad paralela que ha tenido un impacto en el consumo y en el comportamiento humano, principalmente de los más jóvenes, que dedican gran parte de su tiempo a consultar reviews de productos, opiniones de lugares… o que simplemente quieren tener más conocimiento sobre una materia o seguir un determinado estilo de vida.
Pero la base sobre la que se han organizado las publicaciones en internet está a punto de cambiar. Al menos, esa es la visión que tienen las grandes compañías de cara al futuro.
Hasta ahora, los algoritmos de las aplicaciones han ido clasificando al contenido en función del impacto positivo que este podía tener. De este modo, los likes se han convertido en los protagonistas del mundo digital como medio para un mejor posicionamiento. Aunque esta forma de entender la información se ha ido desvirtuando cada vez más. No son pocas las empresas que se dedican a la venta de programas para – producir – «me gusta»en masa. Esto no sólo ha creado un negocio bastante rentable, sino que ha llevado a que muchas personas hayan ganado fama en la red al ser más visibles. También muchos productos se han popularizado de este modo, dejando a bastantes usuarios insatisfechos tras haber caído en una falsa concepción de los mismos.
En este sentido, Instagram ha decido dar un giro radical a una de sus señas de identidad eliminando los likes (de momento sólo lo ha implementado en Canadá). Lo que se pretende con esta medida es que no se reciba información de cuentas con muchos «me gusta», pero sin contenido ni actividad real. Por ello, a partir de ahora se tratará de fomentar el engagement; esto es, que los usuarios mantengan conversaciones entre ellos y se prime la calidad de la información que se comparte, ya sea en fotografía o en vídeo. Con esta fórmula, se entiende que la personas sólo seguirán a quien realmente les interese, interactuando más fluidamente sin intervención de publicaciones irrelevantes.
Y no sólo eso, la red social pretende potenciar, de este modo, el e-commerce, con un contenido limpio y efectivo que permita la venta directa a través de su plataforma.